El
pasado 26 de abril, con motivo del Día del Periodista, Dante
Leguizamón, hijo de Santiago Leguizamón, daba a conocer una noticia
no muy grata: que el emprendimiento iniciado por su padre, Radio
Mburucuyá de Pedro Juan Caballero, pasaría a ser una mera
repetidora de un holding de medios de Asunción, aunque luego la
decisión se revirtió. A esto se sumaba que a casi tres décadas del
asesinato de Leguizamón, el hecho sigue en la impunidad y no se
vislumbran atisbos de justicia y muchos menos de reparación.
"Después
de 29 años del asesinato y de impunidad, casi 45 años del inicio
del sueño de Santiago, hoy nos informaron que Radio Mburucuyá de
PJC va a pasar a ser solo una repetidora del holding. Un 26 de abril
más triste, los años lejos de encontrar justicia y verdad se van
traduciendo en olvido e impunidad. Algunxs siempre recordaremos,
trataremos al menos de mantenernos fuertes y nunca vamos a dejar de
indignarnos por cada muerte", escribió Dante en su cuenta de
Facebook.
Abogado
especializado en derechos humanos y actual comisionado del Mecanismo
Nacional de Prevención de la Tortura (MNP), abordamos en esta
entrevista el caso de su padre, el proceso judicial y la situación
de la libertad de expresión en el Paraguay. Dante nos responde
lacónicamente evidenciando lo difícil que aún es hablar sobre el
tema, más todavía cuando la cuchilla de la impunidad se empeña en
atizar y abrir las heridas.
–¿En
qué estado se quedó y cuál fue el último movimiento en la causa
del homicidio de Santiago?
–La
causa está “abierta” todavía, pero pendiente de una traducción
del expediente hace más de 10 años para ser remitida al Brasil. Que
esté abierta es una mera formalidad porque las últimas actuaciones
formales de la causa son del 2006.
–Hace
poco anunciabas en el Día del Periodista una noticia no muy grata
sobre el futuro de radio Mburucuyá. ¿Qué pasará con la estación?
–La
información inicial era que la radio se iba a cerrar y que iba a
pasar a ser una repetidora del Holding de Radio, supongo que de Radio
Ñandutí.
Todos
los periodistas iban a ser despedidos y todos los programas
cancelados. Días después nos enteremos que se rectificó esta
situación y continúan con la programación local.
–¿La
radio era propiedad de Santiago? ¿Qué pasó luego de su asesinato?
–Sí,
la radio era propiedad de Santiago. Posterior a su asesinato, la
Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) licitó la
frecuencia y la licencia de la radio y mi madre tuvo que presentar de
vuelta toda la documentación para que le otorguen la licencia. Una
vez obtenida la licencia, la radio se le vendió a Humberto Rubin
para pasar al Holding de Radio.
–¿Qué
recordás de aquellos tiempos? ¿Qué fue lo primero que hizo tu
familia luego del crimen de tu padre?
–Recuerdo
que íbamos todas las vacaciones a PJC a pasarlas con mi padre en la
radio. Inclusive en las últimas oportunidades poníamos música y
hablábamos en la radio en los programas de la noche.
Posterior
a la muerte fuimos a PJC para verificar la situación de la radio y
traer las cosas personales de Santiago. Constatamos que faltaban
varias cosas y nos informaron que una comitiva militar había estado
unos días antes en la radio.
–¿Cómo
fue crecer en ese ambiente y sin tu padre?
–Por
supuesto fue bastante complicado crecer sin mi padre, pero realmente
crecimos relativamente lejos de lo ocurrido, por seguridad y por
temor sobre todo de mi madre estuvimos, sus hijos, muy lejos de los
temas relacionados al asesinato, la investigación, entre otras
cosas.
–¿Cómo
ves la situación general de la libertad de expresión en el
Paraguay?
–Como
lo venimos analizando con varios periodistas que forman parte del
Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP), entre otros, la
situación es sumamente compleja por la gran acumulación existente
de medios en manos de unos pocos. Esto genera mucho menos diversidad,
cobertura y posibilidad de escuchar todas las voces o análisis más
críticos de la realidad.
Además,
a esto hay que sumarle la gran cantidad de despidos que se han
producido últimamente en los medios empresariales. La situación de
las radios comunitarias también es una realidad preocupante. La
nueva normativa logró lo que buscaba, casi acabar con las mismas.
Por
otro lado, la violencia contra periodistas llegó a su nivel más
alto en el inicio del gobierno de Horacio Cartes. En los primeros
años fueron asesinados la mayor cantidad de periodistas en promedio.
De los y las 19 periodistas asesinados, solo en la causa de Pablo
Medina se condenó al autor material de los hechos. Los demás
asesinatos todos continúan impunes.
–
¿Qué
debería hacer el Estado para garantizar mayor acceso y
democratización en el ámbito del acceso a la información y el
derecho a comunicar?
–
Primero
se debe romper con la gran acumulación existente de medios en pocas
manos. Una legislación que asegure que todas las voces puedan
acceder a tener un espacio para comunicar o expresarse. Lo primero
que se podría discutir o cuestionar es la Ley de Telecomunicaciones
porque favorece al empresariado y al monopolio. Las radios
comunitarias cumplirían un rol muy importante en este sentido.
Tampoco
se puede dejar de lado la importancia que tendría el internet y las
nuevas formas de comunicación, y las posibilidades reales de acceso
a estas fuentes de información y a la posibilidad de generar y
recibir información.
–¿Cómo
influyeron las circunstancias de tu vida familiar para elegir el
Derecho como carrera y profesión?
–Para
la elección de mi carrera claramente tiene una influencia muy fuerte
la situación de Santiago. Yo tenía mucha afinidad con otras
materias, específicamente con Ingeniería Informática. Pensé a la
hora de elegir que la carrera de Derecho me iba a dar herramientas
para poder estar cerca y trabajar con la gente ante situaciones que
afecten sus derechos. Cuando me decidí a estudiar Derecho, jamás
pensé en ser un abogado pasillero que lleve causas comunes, sino en
clave de pensar cómo usar las herramientas del Derecho para estar
cerca de la gente. Nunca pensé tampoco en trabajar específicamente
en la causa judicial de mi viejo.
–¿Cómo
definirías a la Justicia paraguaya?
–La
Justicia en Paraguay no es independiente y es sumamente corrupta. Sí
me atrevería a decir que los nuevos ministros de la Corte, si bien
son cercanos a los grupos de poder, al menos inicialmente pareciera
que son personas que tienen buenas intenciones y capacidades. Sin
embargo, creo que frente a lo manipulada que está la Justicia por la
política es muy difícil que se produzcan cambios a raíz de la
corrupción y la falta de independencia.